Somatemps celebra su décimo congreso anual, en su décimo aniversario como asociación.

El pasado viernes, día 5 de julio, se inició el X Congreso de Catalanidad Hispánica, bajo el lema Patriotismo para el siglo XXI. En esta ocasión se rememoraban los diez años de la historia de la entidad convocante del congreso, Somatemps.

Fue José Alsina Calvés, que fue durante cuatro años presidente de la asociación, el que dirigió las primeras palabras de presentación.

Con motivo de ese décimo aniversario se proyectó en varias ocasiones, a lo largo de las dos jornadas, el documental Somatemps: diez años de lucha, dirigido y producido por Arnau Kaplan, gestor de buena parte de nuestro archivo audiovisual de la entidad.

La primera ponencia corrió a cargo de María José ibáñez bajo el título de Otra España pudo ser posible, en la que desarrolló el sueño roto de una España tras el convulso siglo XX, recurriendo a cómo ese drama quedó recogido en las poesías de Machado, Miguel Hernández o Blas de Otero. La conferenciante denunció la manipulación de poetas que no quisieron renegar del nombre de España aunque se hubieran posicionado con el bando republicano o escribieran desde el exilio. Fue una emotiva ponencia con la que se inauguraba el congreso.

La tarde la cerró Josep Alsina con su ponencia titulada Hispanismo como cuarta teoría política. Siguiendo el esquema interpretativo de Duguin, el profesor Alsina detalló las fases de crisis y superación de los grandes imperios e ideologías, y propuso como gran eje geopolítico para la supervivencia de la actual España el hispanismo, y no sólo como doctrina sino también como ejecución política. Se evidenciaron los fracasos del socialismo y el liberalismo actuales, y se propuso un proyecto ilusionante de reconstitución de la Hispanidad.

En la mañana del 6 de julio, la jornada comenzó con la presentación del libro La España que queremos, de José Calvo Sotelo, obra publicada por la asociación Luz de Trento y que recopila artículo y textos jurídicos del autor. La presentación fue realizada por Manuel Acosta, actual diputado autonómico por la formación de Vox en el Parlament de Catalunya. Acosta destacó ante todo que el personaje no puede ser olvidado por ser un mártir de la patria. Pero fue interesante el desgrane de méritos de Calvo Sotelo no sólo en sus títulos y excelentísimas notas en la carrera de Derecho, sino por su política práctica. Como ministro de Administraciones públicas, dotó a los ayuntamientos y provincias de un régimen estatutario que se puede considerar el más generoso y libre de la historia contemporánea. Gracias a la ponencia, los más jóvenes pudieron descubrir un indispensable referente del patriotismo español.

Le siguió en la exposición Santiago Armesilla, un referente en el actual pensamiento disidente frente al régimen liberal. Sorprendió con la ponencia Qué podemos aprender de China en la Hispanidad. La tesis principal se basó en analizar las lógicas de los desarrollos de los imperios mundiales siempre en conflicto de dominación entre ellos y explicó el concepto, elaborado por Marcelo Gullo, de rebelión fundante. Con ejemplos prácticos se pudo entender que ciertos Estados que tienen un desarrollo espacial continental, pueden llegar a convertirse en civilizatorios. Durante tres siglos España y China compartieron su esplendor al estar en contacto comercial. Pero Gran Bretaña hundió ambos imperios iniciando su hegemonía mundial. El mundo chino ha conseguido restablecer su hegemonía tras dos siglos de dominación anglosajona, y eso gracias a reivindicar su pasado mítico-religioso y su orgullo civilizatorio. Y de ello tienen que aprender mucho España.

A media mañana, el padre Gabriel Calvo Zarraute, dictó la conferencia Catolicismo y patria. Fue una lección magistral en la que entrelazó vitalmente las realidades de paternidad, patria y patrimonio; realidades que no pueden separarse y que el ataque a una, afecta a todas. Realizó una crítica a la debilidad actual en la pastoral eclesiástica que se ha olvidado de considerar el patriotismo como una virtud, y no como un melifluo valor como nos lo quieren vender hoy. La virtud del patriotismo no es opcional sino que es un deber de desarrollar y perfeccionar. La frase clave de su exposición fue: «cuando se ataca la Patria, se ataca a la familia y cuando se ataca a la familia, se ataca a la patria». No nos ha de sorprender, además, que los que odian la familia y la Patria, acabarán aniquilando el patrimonio de los españoles. En definitiva, se pudo oír una perfecta síntesis del verdadero magisterio de la Iglesia respecto a estos puntos.

Por último, y conducidos, por nuestro entrañable amigo y patriota, Jaime Serrano, se mantuvo una interesantísima mesa redonda sobre el tema del congreso: Patriotismo para el siglo XXI. en el que participaron el padre Gabriel Calvo y el politólogo Santiago Armesilla, una amena y constructiva charla en donde se pusieron de manifiesto planteamientos y perspectivas distintas.

Por la tarde, se pudo disfrutar la presencia de Fernando Paz, que por primera vez acudía a este congreso. Su ponencia se titulaba Refundando el patriotismo: una apertura al hispanismo. La exposición del ponente se basó en una primera parte en denunciar el Régimen del 78. En ningún momento la debacle que vivimos actualmente es casual. Ya estaba diseñada y pensada por aquellos que portaron el timón del referido Régimen. El panorama actual, es ciertamente desolador. Pero el ponente auguró que España aún no está muerta; que cada vez más y más jóvenes buscan su identidad y la verdad de lo que acontece, y quieren verdaderos referentes y claves de interpretación que sólo nosotros podemos dar. Al final de la ponencia insistió que actualmente un Estado nación como España, sola no puede hacer nada en el ámbito internacional. De forma realista, marcó unas directrices para poder lograr la unión de los pueblos hispanos. Y en este sentido coincidió con otros de los ponentes del congreso.

Para finalizar el congreso, Javier Barraycoa expuso su ponencia titulada Apátridas: hacia una psicopatología del nacionalismo. La tesis desarrollada fue que las patologías individuales pueden tener su reflejo y analogía en comportamientos colectivos. Aplicado todo ello al nacionalismo, en cuanto al comportamiento de masas, se analizaron los complejos de superioridad e inferioridad, el narcisismo, las obsesiones, sublimaciones, personalidades paranoides o la esquizofrenia. Todo ello se hizo desde el ámbito psicológico pero proponiendo múltiples ejemplos de los secesionistas actuales que se acoplan perfectamente a estas patologías. La conclusión de la ponencia se expuso a modo de corolario del congreso: La posmodernidad y el nacionalismo nos ha vuelto apátridas. Es necesario restaurar un verdadero patriotismo, el del amor y el de las raíces verdaderas. La letal combinación entre individualismo nacionalismo posmoderno y Estado moderno, ha desecado las patrias y las almas.