Opinión

Éramos pocos y parió León

Roben con luz y taquígrafos. Con tesón y paciencia. Que el mundo sepa que Zamora no se tomó en una hora.


Publicado en primicia en Libertad Digital 12/07/2024), y posteriormente por Salir al Aire (con autorización del autor).​ Leerlo en el sitio web original

2024-07-12-Opinion-Antonio-Robles

Hoy en España quien no llora no mama. O esa es la sensación que deja el último capítulo de esta serie interminable de agravios históricos, y colectivos maltratados. Si existe el cupo vasco, la singularidad fiscal catalana y el día del Orgullo gay, ¿por qué no el Reino de León?

Razones históricas sobran. Pocas autonomías pueden presumir de poseer raíces tan nobles como Las Cortes de León, que en el lejano 1188, al inicio del reinado de Alfonso IX, celebraron lo que la UNESCO estableció en 2013 como «el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo». De fondo parece oírse a José Mota: «¡Casi náaa, Puigdemont! Si no te digo que me lo mejores, ¡iguálamelo!».

Vamos derechos a una CdP (Confederación de Privilegios) donde perderemos todos. La única salida para un Pedro Sánchez que vive de la división y el chantaje. ¿Quién se ocupará de lo común?

A este paso, no quedará nadie en España para recordar que lo es. A excepción de los seguidores de La Roja

A este paso, no quedará nadie en España para recordar que lo es. A excepción de los seguidores de La Roja. Si no fuera por la selección española y el vendaval de banderas rojigualdas que recrean el milagro, juraría uno que España no existe.

A principios de los años noventa, Marcelino, un entrañable amigo leonés me comentaba pasmado: «En el bar de mi pueblo tienen a Pujol como un referente. Ese sí que sabe -decían-, es lo que nosotros necesitamos tener, un Pujol».

Ese es el drama, en lugar de rechazar el origen del mal, lo quieren emular. Pues bien, ya estamos en esas. A punto de romper en mil pedazos lo que fue la inspiración de una cultura hispanoamericana de más de 600 millones de almas unidos por una cosmovisión amalgamada por culturas mestizadas, valores compartidos, y una lengua común que trasciende océanos y siglos. En su lugar, el rencor. Un odio inducido de generación en generación, de Cataluña a Méjico, de Argentina a Mondragón, de Santiago de Compostela a Bolivia…, en nombre del indigenismo, el nacionalismo y el populismo más ramplón.

Les invito a escuchar Un día después de la conquista, del historiador y escritor mejicano, Juan Miguel Zunzunegui, a propósito del odio inducido desde la escuela y las instituciones oficiales de su país contra España y la conquista. Pudiera parecer un disparate, pero si queremos comprender esta ola de resentimiento y rencor de nuestros nacionalistas contra España, la podríamos encontrar intacta en el autoodio mejicano que Zunzunegui describe de su propio pueblo. Poca diferencia hay entre una Ikastola vasca o la escola catalana con las escuelas mejicanas.

Somos la historia que nos contamos, si dejamos que nos la cuenten otros, nos reducirán a esclavos de sus emociones, nos advierte Zunzunegui.

Somos la historia que nos contamos, si dejamos que nos la cuenten otros, nos reducirán a esclavos de sus emociones, nos advierte Zunzunegui. Yo le añadiría, la que nos cuenten otros y la que nos contamos nosotros mismos inducidos por el resentimiento y una patología amalgamada por encriptados complejos de inferioridad.

La similitud del revisionismo histórico de Méjico y todos los charlatanes populistas que viven de él contra sus propios pueblos nos suenan tan cerca de lo que nos pasa, que abandonarse al contenido del vídeo sin más prevención que el afán de contrastar estupideces propias y ajenas, es liberador. El expresidente de Méjico, López Obrador no es mejor que Puigdemont. Ni el alcalde socialista de León necesitado de votos oportunistas, José Antonio Díez es muy distinto de esos zascandiles. La vía PSC entra con fuerza en el PSOE de León.

No esperen de mí, paisanos de León, que les ría sus melonadas. Bastante las hemos tenido que sufrir en Cataluña. Si arrastro con desgana estas cuatro evidencias sobre vuestras ínfulas cantonalistas, sólo son mero pretexto para que visionen Un día después de la conquista. Por las barbas del vecino.

Y si después perduran en el empeño y siguen empecinados con la resolución de la Diputación de León para separarse de Castilla en nombre del antiguo reino de León junto a Zamora y Salamanca, háganlo sin tapujos, como lo hace la mafia; es decir, con chantajes y órdagos. O sea, al modo y manera de nuestros nacionalistas. No engañen a nadie con hazañas históricas del pasado, ni agravios del presente. Ya tenemos bastante con los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos. Vayan al grano, utilicen a sus congresistas para chantajear al gobierno nacional de turno. Como Puigdemont, Otegui, Junqueras, o el Arzalluz de turno. Roben con luz y taquígrafos. Con tesón y paciencia. Que el mundo sepa que Zamora no se tomó en una hora.

No se mida la ironía a la ligera, si hemos de convertir al Estado de derecho y la soberanía nacional en un órdago entre mafiosos, debéis ser los mejores. Y llegáis tarde, pardillos.

Vídeo de la conferencia completa

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