Hispanidad y leyenda negra (VII).

Después de la llegada de Colón el 12 de octubre de 1492, la otra fecha clave es el 13 de agosto de 1521 cuando cae Tenoktitlán en manos de Hernán Cortes.


Artículos anteriores del mismo autor y tema Hispanidad y leyenda negra: primera entrega, IIIIIIVV, y VI.

Hoy nos centramos en Méjico, con el testimonio de un mejicano de 49 años, Juan Miguel Zunzunegui, historiador, licenciado en Humanidades y Comunicación en la Universidad de Anáhuac, preocupado por la historia de su país desde la edad más temprana, cuando en los primeros años en la escuela empezó a sospechar de la versión de sus maestros. Así empezó su lucha por descubrir la verdadera historia; ha escrito varios libros: Falsificar la Historia en 2023; Los mitos que nos dieron traumas en 2012; Hernán Cortés en 2020; y otros varios. Ha participado como actor en la película documental Cantos de vida y esperanza de José Luis López Linares.

En una conferencia titulada Al día siguiente de la conquista en la fundación Unidos por la Historia nos dice «Hasta ahora hemos usado la historia para separarnos y es muy bonito que la usemos para unirnos». Su enfoque, anticipo, es crítico y revisionista. Su propuesta de futuro: basar la Hispanidad en la lengua y superar así, digo yo, la alineación política derechista, donde nos quieren ubicar nuestros enemigos, por haber llevado la religión católica a América. La lengua supone la cosmovisión imperante, correspondiente a la herencia cultural judeocristiana y grecorromana de todo el mundo occidental.

«Si el mejicano odia a España se odia a sí mismo».

Octavio Paz, premio Nobel de Literatura, dijo en Méjico: «El odio a Cortés no es odio a España, es odio a nosotros mismos». En Primaria les enseñan allí la sociedad de los aztecas y mayas como un paraíso terrenal y en 2º de Primaria, dice, nos enteramos de la conquista de Cortés: «Nuestra cultura fue destruida por cuatrocientos odiosos españoles». Con 17 años, Juan Miguel se vino a Madrid y dijo «Vuestros ancestros destruyeron mi cultura» y alguien le respondió «Nuestros ancestros se quedaron aquí. No sé qué habrán hecho los tuyos, que fueron para allá». El Intelectual Miguel León Portilla, mejicano que hablaba diez idiomas fue el máximo indigenista y también hispanista; pues éste descubrió que no hubo conquista y dijo «si el mejicano odia a España se odia a sí mismo».

Esta realidad negativa contra España contrasta con los monumentos que hicieron los españoles y muestra los siguientes: catedral de San Diego, San Antonio, de Tejas, el pueblo de Loreto, en California, la catedral de Zacateca (barroco todo ello), Puebla, Museo del Virreinato en Tepotzotlán (Méjico), el acueducto de Tepotzotlán (español del s.XVI), Guanajuato es como llegar a Sevilla, una maravilla, catedral de Guatemala, Cartagena de Indias, templo de la Compañía en Ecuador, Cuzco en Perú, los balcones de Lima, la catedral de la Paz en Bolivia, la catedral de Santiago de Chile… Todos del s.XVI. Su construcción implica fe, con mano de obra indígena de América porque los españoles eran poquísimos.

¿Cómo se mantiene durante siglos la opresión de la gente sin ejército?

Los españoles que llegaron durante trescientos años a los virreinatos, de California a la Patagonia, fueron unos cien mil, eso no es nada; casi toda la población blanca fue de origen mestizo y se produjo a partir del s.XVI, y para conquistar se necesita un ejército y no digamos para mantenerlo; pero ni en Nueva España, ni en Nueva Granada, ni en Perú, ni en el Río de la Plata, en ninguno de los cuatro virreinatos hubo jamás ejército. ¿Cómo se mantiene durante siglos la opresión de la gente sin ejército? Pues es que no hubo más que un encuentro violento previo, pero después hubo convivencia y armonía. Los insurgentes tres siglos después fueron los criollos (insurgentes que combatían frente a los indios que eran los que defendían la causa realista).

Después de la llegada de Colón el 12 de octubre de 1492, la otra fecha clave es el 13 de agosto de 1521 cuando cae Tenoktitlán en manos de Hernán Cortes. Éste al encontrarse con los mejicas, es como si los españoles hubieran viajado tres o cuatro mil años atrás a la antigua Sumeria. El Méjico de entonces vivía en la Edad de Piedra. Cuando Cortés con 18 años llega al Caribe, a Santo Domingo en 1504, Moctezuma está siendo nombrado tlatoani (1502) de los mexicas y tiene relación (por espías) con los mayas y Yucatán, desde donde recibe noticias de estos hombres blancos, barbados, que llegan en casas flotantes… así que cuando Cortés pisa Veracruz en 1519, Moctezuma lleva 17 años recibiendo noticias de los blancos a los que se unen cada vez más y se acercan. Cortés se inventó una mentira y dijo a los tlaxcaltecas, el primer pueblo al que se encontró, que venía enviado por Carlos I, el rey más poderoso del mundo, para poner en orden a Moctezuma; pero antes pasó por la zona de Tabasco donde el cacique les obsequia con nueve mujeres «Tengan estas mujeres para tener hijos con ellas y seamos hermanos».

A una de esas nueve mujeres le pusieron doña Marina

Con los tlaxcaltecas fue lo mismo «Si vamos a ser aliados, tenemos que ser hermanos». A una de esas nueve mujeres le pusieron doña Marina, que hablaba náhuatl y maya, y aprendió a hablar castellano muy rápido con Cortés, y se convierte en “conquistadora”, porque es la que explica a Cortés todo, fue su traductora. Cortés aprendió la lengua de los taínos porque se casó con una mujer taína y tuvo un hijo con ella. Ahora aprendió también el náhuatl (él ya conocía el latín) que era la más aprendida por los españoles; por ejemplo Juan Cano Saavedra que se casará con Isabel, la hija de Moctezuma. El caudillo azteca hace todo lo posible para que Hernán Cortés no llegue, pero Cortés se empeña y cierra alianzas con tlaxcaltecas y cholulas; y al llegar a Tlaxcala ya lleva un séquito de 10.000 indígenas que van de guerreros, y por eso, cuando llega al valle de Méjico, Moctezuma no tiene más remedio que recibirle. Los españoles son unos 400, tienen 12 caballos, 13 arcabuces y 14 ballestas. Los otros son diez millones de personas.

Pero Cortés había venido con once barcos suyos (era un hombre próspero en el Caribe), trajo con él cerdos, gallinas, mulas y cereales. Había venido para quedarse. Así se lo dijo a Moctezuma en la entrevista y éste, tomándolo de la mano lo introdujo en Tenochtitlán, le presentó la escalera de calaveras (descubierta hace sólo siete años) que es la prueba del canibalismo. Éste era tan atroz que si no llegan los españoles todas estas tribus en 400 años se habrían extinguido. Allí vivieron ocho meses en son de paz en Tenochtitlán. Los dos hablaban mucho y acabaron comprendiéndose. Cortés está entusiasmado y le escribe al Carlos I diciéndole que es más grande que Venecia (a la que él no había conocido), su pirámide Teotihuacán es perfecta. Otros pueblos con los que se alió fueron los tarascos y los purépechas (hoy estado de Michoacán) tan poderosos como los mexicas, los únicos que estaban ya en la Edad de Bronce.

¿Cómo es que doce monjes franciscanos impusieron la religión a 10 millones de personas?

Doce monjes llegaron en 1524 ¿Cómo es que doce monjes franciscanos impusieron la religión a 10 millones de personas? Y luego los ingleses, acusando a los españoles de lo que ellos hicieron en América (donde ponían el pie, no volvía a crecer la hierba). Como aquella otra mentira de que las mantas contagiadas de viruela las habían repartido los españoles cuando fueron ellos, para acabar con los indios. Otra: ¿Cómo se construyen los edificios que hemos citado con un genocidio? Los españoles al venir a América pretendían haber encontrado un nuevo camino al comercio de la seda con Oriente, por haber caído en 1453 Constantinopla en poder de los turcos. Y hablando del oro extraído en Méjico, en 500 años (1521-2021), sólo el 7% se extrajo en los primeros 300 años; el 93% restante se extrajo después de la independencia. Y de este 7% lo que vino a España fue la quinta parte que correspondía al rey, el resto se empleó en embellecer las iglesias construidas. Mencionar también que fue con 300 soldados tlaxcaltecas con los que se conquistaron la Filipinas y expulsaron más tarde, en 1582, a invasores piratas japoneses y coreanos, también con tlaxcaltecas de los que dijo Felipe II «es mi mejor fuerza de ataque».

Al día siguiente de la conquista de Tenochtitlán (14/11/1521) no había lamentos sino júbilo, los mexicas que ocupaban sólo dos ciudades Tenochtitlan y Tlatelolco del valle de Anáhuac fueron vencidos y nadie más perdió su poder. Y Cortés hizo caso a Moctezuma, que en su lecho de muerte le pidió que cuidara de sus hijos, al varón llamado Pedro lo trajo a España y le concedió prerrogativas, como a Isabel la hija a la que dio dote y casó. Y hasta hoy siguen existiendo los condes de Moctezuma y muchos mejicanos casados con españoles, con este apellido llegaron a tener títulos de Grandes de España.