El pasado miércoles, al recibir el Premio Paz y Libertad que concede la Asociación Mundial de Juristas, el Rey dio una lección de democracia a todos pero, muy especialmente, a los independentistas catalanes en general y a bastantes de los que se sientan en el banquillo de la sala segunda del Tribunal Supremo en particular.
- En todo caso, sea cual sea el veredicto, las noticias que nos llegan, en directo y por televisión, indican que bastantes de los procesados ignoran, o fingen ignorar, los principios básicos de un Estado democrático de derecho.
- Les vendrá bien, pues, leer la lección regia.
En efecto, el Rey ha demostrado una vez más —como ya se comprobó el 3 de octubre de 2017 y, hace unas semanas, en su Mensaje de Fin de Año— que tiene muy claro lo que es un Estado democrático de derecho, su absoluto compromiso con la defensa de la Constitución y cuáles son las obligaciones y los límites de su papel institucional. Además, siempre lo explica de forma sencilla, precisa y directa.