El ángulo ciego
14 de marzo de 2019 (22:02 h.)
Cuando un colaborador de la televisión pública catalana llama puta a Inés Arrimadas es fácil, pero equívoco, deducir que estamos ante un insulto machista.
- En realidad, se trata de la expresión machista de un odio que no es machista, sino étnico.
- De Arrimadas no molesta el género, sino su resuelta españolidad.
- Si se tratara de un único caso, lo que acabo de decir parecería discutible. Intentemos, pues, establecer un patrón.
Se recordará que, no hace mucho, a la líder de Ciudadanos ya se le deseó una violación múltiple.
- Lo hizo, mediante las agrestes redes sociales, una mujer que perdió su trabajo por ello.
- Lo mismo sucedió a un profesor de la Universidad de Barcelona que insultó a Miquel Iceta con garruladas homófobas.
- Triangulemos con un último incidente: la polémica suscitada cuando el Ayuntamiento de Sabadell amagó con retirar el nombre de una de sus plazas a Antonio Machado