Opinión

Una política lingüística basada en la convivencia...

...Y que ponga fin a la instrumentalización nacionalista de la lengua.


Reflexión del autor publicada en redes sociales (ver original). Abajo la transcripción...

2024-12-11-Arenas-1w

El primer paso para abordar cualquier problema es asumir la realidad. Y la realidad es que España es un país plurilingüe, en el que conviven varias lenguas y que, además, es oficialmente plurilingüe. Pese a lo anterior, es un país sin una política lingüística nacional. Los únicos que han desarrollado políticas lingüísticas en los últimos cuarenta años son los nacionalistas.

Es necesario desarrollar una política lingüística para el conjunto de España.

 las políticas lingüísticas nacionalistas tienen un objetivo claro: disminuir el uso del castellano en las comunidades autónomas con otra lengua oficial, modificar los usos lingüísticos de los ciudadanos y rebajar el valor de la oficialidad del castellano por el mecanismo de potenciar las lenguas oficiales, que pasan a ser consideradas lenguas propias frente a la "impropia"; el español, lengua materna de más de la mitad de los catalanes, materna de la mayoría de los ciudadanos en la práctica totalidad de las comunidades autónomas y la única que es conocida por la práctica totalidad de los españoles; esto es, la única lengua común de nuestro país.

Es el momento de dar un paso más allá de la contemplación estática de las previsiones constitucionales y su constante vulneración. Es necesario desarrollar una política lingüística para el conjunto de España.

Una política a lingüística basada:

  • En el respeto a los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos, incluidos los derechos lingüísticos respecto al español.
  • La garantía de que el español es -también- lengua vehicular de la escuela y es utilizado con normalidad por todos los poderes públicos.
  • Impedir que los requisitos lingüísticos se conviertan en barreras de entrada encubiertas.
  • La garantía de que la movilidad dentro de España está garantizada y protegida.
  • La eliminación de aquellas políticas que, desde el poder público, se orientan a modificar los usos lingüísticos de los ciudadanos en sus relaciones familiares y privadas.

Una política lingüística basada en la convivencia y que ponga fin a la instrumentalización nacionalista de la lengua.


Comparto el vídeo de la presentación en el Senado de las conclusiones de la I Jornada sobre derechos lingüísticos.

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