Gobernabilidad y democracia
España ha avanzado siempre cuando se ha "centrado" y ha retrocedido cuando se ha escorado hacia cualquier extremo.
- Es una constante que no hay que olvidar cuando, como está sucediendo ahora, aparecen varias posibilidades por las que la democracia, es decir, el voto ciudadano, puede tender hacia la gobernabilidad.
No se trata de hacer sumas y restas para ver cuánto saco yo de ésto.
- Se trata de buscar la manera de resolver problemas que hace ya demasiado tiempo que están sobre la mesa sin que nadie actúe en forma eficaz y de encontrar respuestas que sean aceptables para la mayoría social que, en democracia, puede generar estabilidad en un país.
Y, porque no se trata de hacer sumas y restas, es necesario buscar lo que nos une y dejar de lado lo que nos separa.
- Lo que es lo mismo, centrar el debate y la política, orillando lo escorado a un lado y a otro.
El "centro político" ostenta una inmensa mayoría en el nuevo Congreso de los Diuptados, recién elegido.
- Se trataría de encontrar las propuestas que permitieran respetar las opciones votadas por la ciudadania, tal como se suele realizar en las democracias que tenemos que tomar como referentes.
Normalmente es el partido más votado, el que sea, quien forma gobierno y, para ello, o tiene ya directamente la mayoría suficiente como resultado salido de las urnas, o tiene que buscarla, y encontrarla, mediante acuerdos con otras formaciones políticas.
- Para conseguirlo, es necesaria altura de miras, sin cortoplacismos a los que nos tienen por desgracia tan habituados nuestros políticos. Para ello, además, es necesario que detecten cuáles son los problemas más acuciantes a los que hay que hacer frente y conjurarse para trabajar en su resolución.
Es evidente que ésto no se puede conseguir escorando hacia un lado o hacia otro.
- Y que es necesario "centrar" las respuestas de modo que la mayor transversalidad posible derive en acuerdos sensatos y duraderos.