Si algo caracteriza al federalismo multinivel es la solidaridad. No existe si no se instrumentan mecanismos que garanticen la igualdad de derechos en todos los territorios. Ello comporta que los más ricos tengan, necesariamente, que ser solidarios, con los menos ricos. Que los más poblados tengan que tener en cuenta las necesidades de los menos poblados. Que las rentas tiendan a disminuir las diferencias. Que los servicios sean similares en todos los territorios.
Ello se puede apreciar en todos los sistemas federales, donde las diferencias sólo existen en aquellos hitos en los que son inevitables: no hay duda de que un territorio con frontera marítima tiene unas competencias, siempre compartidas con las federales, que no tienen los territorios interiores. Es evidente que un territorio con lengua regional tiene que darle un trato adecuado, sin menoscabo de la lengua general. No cabe duda de que la solidaridad interterritorial es ineludible si se quiere que el sistema responda a los principios de libertad, igualdad y dignidad para todas las personas. Porque son las personas quienes tienen derechos, no los territorios.
Así se contempla en la Constitución española, que consagra la solidaridad interterritorial, en el mismo art. 2 que también lo hace con la autonomía, de modo que, para hacer lo que pretende el Gobierno de Pedro Sánchez, tendría que cambiarse un artículo que está en el Título Preliminar, que necesita del procedimiento de reforma agravada (3/5 en cada cámara legislativa, disolución de las Cortes, nuevas elecciones y ratificación de la reforma otra vez por 3/5 en cada cámara, más referéndum vinculante nacional). También el art. 138 exige la solidaridad entre comunidades autónomas (éste sujeto a la reforma ordinaria si se quiere suprimir).
La solidaridad es también uno de los valores de la Unión Europea (art. 2 TUE), que ha de estar presente en todas sus políticas. Y cuya infracción puede ser sancionada con el procedimiento de sanción por infracción de valores y otros mecanismos que tiene la UE para garantizarlo.
Así que, señor Sánchez, el multinivel, que no es otra cosa que la distribución de competencias entre Europa, los estados y las regiones con competencias legislativas, está sujeto a la observancia de la solidaridad. Decir otra cosa es directamente mentir a la ciudadanía. La verdad es que ya estamos acostumbrados a las mentiras, pero no por ello dejaremos de evidenciarlas cada vez que sea necesario.
Teresa Freixes Sanjuán está vinculada a varias asociaciones constitucionalistas.