Constitución y concordia: estos dos principios han guiado a Societat Civil Catalana (SCC) desde su fundación.
Son nuestra divisa y nuestra entraña.
- Son el marco de referencia para entender cualquier texto o acción que provenga de nosotros.
Nacimos para defender una Cataluña plural dentro de una España unida.
- Hemos trabajado y trabajamos para que la amistad civil triunfe sobre la fractura social.
- No existe ni existirá nunca una SCC fuera de las coordenadas de la Constitución y la concordia.
- Hemos defendido estos valores en un clima hostil.
- Tenemos sensibilidades distintas, pero compartimos que la unión es superior a la división y la fraternidad más fuerte que la disgregación.
Unas recientes declaraciones mías sobre el mejor modo de defender la Constitución y la concordia en Cataluña han provocado una tormenta mediática.
- A partir de allí se me han dirigido todo tipo de anatemas y tergiversaciones.
Me gustaría disipar toda confusión explicando qué quise decir y por qué.
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Continuación...
- No es suficiente con decir sólo no al independentismo, enquistado electoralmente alrededor del 47%.
- Si queremos resultados distintos, hay que explorar enfoques complementarios.
- Evidentemente, en SCC siempre exigiremos que se garanticen con firmeza democrática el orden constitucional y la soberanía nacional.
- Pero, además, es imprescindible argumentar, persuadir y convencer.
- Debemos lograr que la mayoría de los catalanes comprendan que hay mejores opciones que la ruptura y vuelvan a sentirse afectiva y efectivamente vinculados al proyecto común español.
- Es urgente promover en Cataluña una nueva cultura cívica.
- En SCC trabajamos muy duro para lograrlo.
- Pero esta nueva hegemonía nunca debe implicar la vuelta a los valores del pujolismo ni debe regresar a la situación de 2012.
- Se trata de defender una cultura cívica alternativa y abierta, profundamente pluralista, que reconozca y vuelva a poner en valor la diversidad interna de Cataluña.
- Para ganar un debate, más allá del aplauso de los convencidos, es importante comprender las motivaciones y aspiraciones del adversario (que también es nuestro conciudadano).
- Es conveniente captar sus elementos de racionalidad o al menos su aspiración de fondo.
- En una democracia liberal nadie tiene el monopolio de la verdad -si bien la deliberación pública debe realizarse en el marco legal-.
- Esta actitud dialogal permite desbloquear la comunicación y ganar el debate por elevación, encaminando e integrando la posición del otro en el horizonte que uno defiende.
- Es un esfuerzo que vale la pena porque sirve para ganar, no para ceder.
- Tal forma de argumentar es aplicable a muchos aspectos. Pongamos un ejemplo.
- A un nacionalista no hay que pedirle que renuncie a defender su identidad cultural, sino animarle a que lo haga precisamente por ser parte del patrimonio común español.
- Al mismo tiempo, habrá que exigirle que reconozca y valore la pluralidad interna de la cultura catalana.
- La pedagogía constitucionalista empieza por desmontar las falsas contradicciones nacionalistas: lo que parecía incompatible es perfectamente articulable.
- Una posible forma de dar la vuelta a la situación es cambiar el eje del debate en Cataluña.
- Ya sería un éxito importante pasar de la lógica de la ruptura a la lógica de la reforma.
- ¿Por qué en vez de dedicar tanto tiempo a discutir sobre cómo rompemos nuestro país, no pensamos en cómo mejorarlo entre todos?
- El momento está maduro para este giro, porque el desengaño independentista es palpable.
- Un planteamiento así supera el choque dialéctico y dibuja un horizonte compartido.
- Recuperar esa mirada compartida entorno a España es ya un triunfo del constitucionalismo.
- Está claro que el objetivo de toda reforma es el bien común, no el contentamiento de unos pocos.
- Si el separatismo ha sido eficaz en la ampliación de base ha sido porque ha logrado domesticar el futuro para su causa.
- Lo que han ofrecido los líderes independentistas es esperanza en un tiempo de depresión colectiva.
- Por eso es importante que España recupere el discurso del optimismo y se presente como una tarea cívica abierta.
- Tal es el objetivo de la iniciativa de SCC Foro 2050, para imaginar la España de nuestros nietos.
- Porque una nación es, también, una memoria y un sueño en común.
- Hay que subrayar que la lógica de la reforma no afecta solamente al Estado: el primer ámbito que debe ser reformado es la Generalitat. Y aquí SCC quiere ejercer un liderazgo activo.
- Cataluña muestra serios déficits de pluralismo y calidad democrática: dopaje institucional del tejido social, colonización simbólica del espacio público, falta de neutralidad de la Administración, monolingüismo y sesgo en la escuela.
- Exigiremos siempre el cumplimiento de las leyes, porque esa es la premisa de la convivencia democrática.
- En los próximos días se conocerá una demanda de SCC contra diversas conselleries.
- Una misión fundamental de SCC es dar voz a los catalanes invisibles, que son la mayoría.
- Demasiados ciudadanos llevan décadas sintiéndose catalanes de segunda.
- SCC pondrá siempre sobre la mesa sus derechos y reivindicaciones.
- Lo hará en Barcelona, en Madrid y en cualquier instancia, recordando que no cabe la confusión entre Cataluña y las élites nacionalistas.
- A la vuelta del verano presentaremos la Plataforma d'Afectats pel Procés, liderada por la periodista y escritora Anna Grau.
- SCC tiene como guía la Constitución de 1978.
- No hay solución ni atajos para salir del laberinto catalán fuera de la Constitución.
- Tampoco hay nada que pueda doblegar su espíritu, que ha sido siempre un espíritu de concordia.
- SCC no dice ni hace otra cosa ahora que lo que ha dicho y hecho siempre.
- Mantenemos la letra y la música, con sus notas de reivindicación y sus notas de persuasión.
- Sólo así podremos crear y mantener una melodía que comparta la mayoría de los catalanes.
- SCC ha vuelto con más ganas que nunca de estar al servicio de Cataluña y del conjunto de España.
- Pueden intentar tergiversar nuestras palabras pero nunca ahogarán nuestro compromiso.
Fernando Sánchez Costa es presidente de Societat Civil Catalana (SCC).
La entrevista de Europa Press a Fernando Sánchez Costa que ha causado el revuelo