Extracto obtenido de un artículo de Cristian Campos, publicado en el diario El Español
"El sistema previsto por la Ley Wert era un artificio para evitar el quid de la cuestión, que es que en Cataluña no se cumple la ley" dice Ana Losada, presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña. Tan artificioso era el artificio que ni siquiera la propia Ana Losada se acogió a él. "Yo no pedí la ayuda, opté por presentar un recurso al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Y mi hija estudia ahora un 25% más de castellano gracias a la sentencia. Desde la AEB, de hecho, siempre desaconsejábamos a las familias que se acogieran a las ayudas de la LOMCE. Porque pensábamos que la medida estaba destinada a ser anulada por los tribunales, como así ha sido, o bien derogada por un cambio de Gobierno".
Pero los recelos sobre la legalidad, la continuidad o la eficacia de la ley como garantía de los derechos constitucionales de los solicitantes no eran los únicos esgrimidos por la AEB para desaconsejar la solicitud de las ayudas. Esas ayudas, en la práctica, eran casi imposibles de conseguir. "Tenías que presentar documentación que demostrara que no habías encontrado ningún colegio donde los niños pudieran estudiar al menos un 25% de castellano. Y no es que eso sea difícil: en Cataluña todos los colegios públicos y concertados contemplan únicamente la posibilidad de la inmersión lingüística obligatoria. El problema es que el departamento de Enseñanza de la Generalidad tardaba meses en contestarte. Y para entonces, los plazos de matriculación en centros privados se habían cerrado y te podías quedar sin plaza".