"Si esto no se soluciona ya, Cataluña se dirige a la muerte lenta": el aviso del líder de los empresarios.
Carlos Rivadulla avisa de que a Cataluña le espera un 'otoño negro' peor que el de 2017 para la pequeña y mediana empresa.
Las consecuencias de los disturbios en Barcelona pueden ser peores para las empresas locales que las que trajo el atentado islamista de Las Ramblas en 2017. Hablando siempre, claro, en términos económicos.
- “De un atentado así, las ciudades se recuperan. Pero de una situación como la que está viviendo Cataluña ahora es más difícil. Nos estamos convirtiendo en antipáticos para nuestros potenciales clientes y proveedores del resto de España”.
Lo asevera con gravedad Carlos Rivadulla, presidente de Empresaris de Catalunya. Una asociación que aglutina a más de 500 miembros, casi todos pertenecientes a la pequeña y mediana empresa. A los autónomos. A los que más están sufriendo las consecuencias de la violencia en Barcelona y a los que más les va a costar recuperarse.
- “Si esta situación se prolonga, pongamos, una semana, las consecuencias serán muy graves para la pequeña y mediana empresa”, sentencia Rivadulla. Lo dice con conocimiento de causa. Lleva cinco años al frente de la entidad, ha visto pasar ciclos económicos de todos los colores. Sufrió en sus carnes el ‘otoño negro del 17’ cuando, además del atentado, el independentismo arrancó la batería de acciones que acaban de ser juzgadas por el Supremo. La ley de transitoriedad, el referéndum ilegal, la república de 8 segundos…
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