Los abajo firmantes queremos expresar nuestra preocupación por el contenido de las informaciones recientemente publicadas sobre el estado de nuestro sistema educativo.
Se ha desvirtuado su naturaleza educativa virando hacia el aleccionamiento en contenidos que contravienen los derechos, las libertades y los deberes fundamentales recogidos en la Constitución Española y en las leyes orgánicas educativas.
No se puede olvidar que la educación es la mejor vía de progreso social.
Junto con el sistema de becas públicas, ha demostrado ser el más eficaz mecanismo de desarrollo personal, compensador de desigualdades familiares y sociales.
Un sistema educativo de calidad es piedra angular para el desarrollo de cualquier sociedad y a ello han contribuido decididamente los maestros y profesores, junto con las familias y resto de miembros de la comunidad educativa.
Desde casi la enseñanza primaria hasta la superior, el sistema educativo español ha avanzado en la erradicación de conductas de abuso y acoso a los más vulnerables.
Este logro, sobre el que hay que seguir avanzando, ha sido sin duda un éxito compartido de toda la comunidad educativa. La paradoja es que, de ser un mecanismo eficaz de prosperidad social, la educación en Cataluña se ha convertido en un mecanismo insolidario que agranda la brecha entre ciudadanos de primera y de segunda, según su lengua materna.
Sobre la falsedad de que solo el catalán y no también el castellano o español es la lengua de Cataluña, se ha construido un sistema educativo identitario basado en la inmersión.
Prueba de lo regresivo e insolidario de este modelo educativo es que el fracaso escolar de los estudiantes castellanohablantes es el doble que el de los catalanohablantes.
Así se desprende del análisis de los datos del alumnado catalán en la última edición de PISA. Un 20.3% de los alumnos castellanohablantes no consiguieron superar el nivel mínimo de PISA 2015 en matemáticas, más del doble que el de catalanohablantes en esa misma situación (10.1%).
El Informe de la Alta Inspección educativa del Estado y el informe "Instrumentalización nacionalista del sistema educativo en Cataluña: el caso del 1 de octubre" ayudan a entender este resultado abiertamente insolidario que pervierte la más noble aspiración de la enseñanza.
A diferencia de otros servicios esenciales como la sanidad o la seguridad ciudadana, con resultados visibles a corto plazo, la educación exige más tiempo para mostrar el éxito o fracaso de su diseño.
Esta dificultad para poder premiar o sancionar a corto plazo a los responsables de las leyes educativas ha convertido al sistema educativo en un terreno propicio para la pugna política, alejándolo de consensos estables y no partidistas.
Por todo ello, exigimos a las autoridades competentes:
- Que se tengan en cuenta las informaciones vertidas por el Informe de la Alta Inspección Educativa del Estado y el informe Instrumentalización nacionalista del sistema educativo en Cataluña: el caso del 1 de octubre y se actúe para corregir esas irregularidades.
- Que cumplan y hagan cumplir el derecho a la educación en los términos del artículo 27 de la Constitución Española, excluyendo la discriminación y el sectarismo en las escuelas de todo el territorio nacional.