Constitucionalismo

'Cataluña ambigua', una verdad incómoda.

La película está diseñada para desvelar la Cataluña oculta y ocultada por el nacionalismo. (...) Esa anomalía que otorga al catalanismo una autoridad inmerecida por encima del resto de españoles.


Publicado en primicia en Libertad Digital (28/02/2025), y varios días después por Salir al Aire (con autorización del autor). Título original: 'Cataluña ambigua', una verdad incómodaLeerlo en el sitio web original.

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Ayer (27/02/2025) se estrenó en Barcelona la Cataluña ambigua, una película inaudita en estos lares a la que no asistió ningún medio oficial, ni se espera que nadie de ellos publique reseña alguna. Ni siquiera para destriparla a navajazos. El silencio siempre fue la primera opción del nacionalismo para ocultar cualquier verdad incómoda. Y esta lo es mucho. Tanto, que ayer fue el único día para verla con un único pase en Cinemes Girona. Lleno completo. Su director, José Antonio López, ahora deberá buscarse la vida para lograr alguna plataforma digital, concertar otra sala o presentarse a algún festival de cine sin esperar subvención alguna. Hasta ahora, tanto la producción como esta única proyección, ha corrido a su cargo. Nada nuevo bajo el sol. En Cataluña, quien no pertenece a la omertá, o quien no perteneciendo a ella, es sospechoso de no ser buen catalán, no existe.

Afortunadamente, y a pesar de ese muro de silencio, la película sí existe, y logra algo extraordinario: empapar, envolver al espectador de esa atmósfera opresiva que vive cualquier ciudadano no nacionalista en Cataluña a diario. Aparentemente es fácil, incluso sobran imágenes, información y evidencias para mostrar las pruebas. Pero en Cataluña pasa como con el cuento de la rana y el agua caliente: se ha administrado tanta toxicidad calculada de acoso político, se ha ejercido tal acoso moral contra la población castellanohablante y catalanohablante no beligerante con el sentimiento español, que poco a poco ha ido asumiendo con resignación su extranjería.

El síndrome de 'Catalunya', esa anomalía que otorga al catalanismo una autoridad inmerecida por encima del resto de españoles.

Ante ello, quizás el logro más eficaz de esta película sea dejar al descubierto el estercolero de mentiras y vejaciones con que el catalanismo ha borrado la historia real de Cataluña para imponer una de cartón piedra que le garantizara su hegemonía nacionalista. Y aunque parezca paradójico, su pedagogía servirá mucho más al resto de españoles de fuera, que a quienes están aplastados por ella, dentro. Porque si hoy en Cataluña gobierna la omertá nacionalista, no es porque sus ciudadanos desconozcan lo que callan, sino porque el resto de españoles, empezando por sus gobiernos desde Adolfo Suárez a Pedro Sánchez han estado en la inopia, les ha interesado estarlo, o padecen "El síndrome de Catalunya", esa anomalía que otorga al catalanismo una autoridad inmerecida por encima del resto de españoles. Y cuando han empezado a despertar, ni siquiera tienen capacidad para asumir el apartheid lingüístico, cultural y nacional que se ejerce en ella contra España. Simplemente no se lo creen. Por inaudito, por insólito, por increíble. Como no se quiso ver en su momento al Donald Trump que había detrás de los desalmados que asaltaron el Congreso de EEUU tras perder las elecciones hace cuatro años.

Toda esa argamasa infecta con que se ha creado esa nación catalana pura y milenaria que nunca existió.

La película está diseñada para desvelar la Cataluña oculta y ocultada por el nacionalismo. Entra a bayoneta calada contra los mitos al uso, contrastándolos con la realidad mediante imágenes de archivo, algunas inéditas, apoyadas por documentación, hechos históricos y valoraciones políticas de varios intelectuales versados en distintos campos: la historia, el urbanismo, la educación, la sociología, el deporte, el periodismo, etc., incluso con valoraciones psicoanalíticas. Su interacción disuelve parte de los mitos con los que el nacionalismo nos ha engañado a todos: el falso odio de España a Cataluña, la España franquista frente a la Cataluña democrática, el España nos roba, el mito de que el Real Madrid era el equipo del Régimen mientras el Barça, su oposición, la inmigración como chusma española utilizada por Franco para disolver Cataluña… es decir, toda esa argamasa infecta con que se ha creado esa nación catalana pura y milenaria que nunca existió.

Es 'El 47', sin adornos. (Félix Ovejero)

El contraste es tan brutal entre la realidad oficial de cada día y la realidad desnuda de la película, que a los pocos minutos de empezar su proyección, un señor de la última fila sentado a mi lado se levantó ofendidísimo mascullando a gritos en castellano con marcado acento catalán para dejar patente su enfado: ¡Ya no aguanto más esta merda, esta meerda, esta merda….!. La sala ni se inmutó, era la última fila, y la butaca estaba a cuatro o cinco metros de la salida. A media película abandonó la sala en silencio otro señor mayor. Desconozco por qué. Pero es que están acostumbrados a que nadie les obligue a mirarse al espejo, y en esta película es inevitable darte de bruces con él. Seguramente porque, como dejó escrito Félix Ovejero en su muro de Facebook sobre la Cataluña ambigua, es 'El 47', sin adornos. Yo añadiría: 'El 47', sin adornos y sin el infierno de los inmigrantes ocultado por su director, del que participó el propio franquismo: "Entre 1952 y 1957, más de 17.000 inmigrantes fueron recluidos en Montjuïc, en el Pabellón de las Misiones, y repatriados en trenes custodiados por la policía desde Cataluña hasta Andalucía, Murcia o Extremadura. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de levantar sus barracas, como se narra en el último Premio Goya a la Mejor Película" de este año.

La batalla cultural pendiente.

Este documental demuestra una vez más que a falta de apoyo y demasiada estopa, en Cataluña seguimos en el voluntarismo y la heroicidad intelectual de personas individuales que se rebelan contra el abuso. Es muy loable, pero la responsabilidad es de la nación cívica por entero. En este sentido, si aún hay en el resto de España empresarios del mundo audiovisual, políticos con sentido de Estado, y un poco de vergüenza que les importe el destino de sus compatriotas en Cataluña, deberían facilitar el visionado de esta película en toda España, promocionar otros proyectos como éste, o incluso más ambiciosos, y tomar conciencia, que el destino de la ciudadanía en igualdad y libertad se combate contra los relatos maliciosos construidos en los medios. La batalla cultural pendiente.

Cruzando unas palabras con el director después de la proyección, me adelantó que tiene el proyecto de hacer un pase exclusivo para periodistas, intelectuales y políticos en Madrid para contrastar falsos mitos sobre Cataluña y sensibilizar conciencias. Que la idea engendre conciencia y compromisos.

Esto no va de socialismo, ultraderechas ni más alpiste para rebaños, sino de tiranos y mafiosos.

Hoy, el peor nacionalista es Pedro Sánchez, porque ha asumido todos los postulados de los nacionalistas. Ya no tienen que seguir manipulando ni mintiendo, es el propio presidente del Gobierno español el que les está proporcionando todas las estructuras de Estado necesarias para lograr una independencia de facto en esta legislatura, y de Iure, si no lo llevamos a los tribunales por estafador y traidor, en la siguiente. Y mientras, a vivir a costa de todos. Esto no va de socialismo, ultraderechas ni más alpiste para rebaños, sino de tiranos y mafiosos. Un nublado de buitres despedazando la ciudadanía política, la patria común de la nación de todos, está destrozando el piso moral de la convivencia democrática y el territorio político. Si no la enfrentamos, acabará desmembrándola y despedazándola. En espera de que se saquen los ojos entre ellos, acabarán dejándonos ciegos a todos.

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