"Los de Artós" rememoran pacíficamente su atrevimiento del 3 de octubre del año pasado.
El 3 de octubre de 2017, la sociedad entera estaba impactada por el reto separatista, la incertidumbre era total, sin embargo, espontáneamente, se dieron cita en la plaza Artós de Sarriá miles de jóvenes portando banderas españolas: rojigualdas y senyeras, y recorrieron las calles de Barcelona para gritarles ilusionadamente al vecindario que no estaban solos ante tanto desasosiego.
La acción de estos jóvenes, unido al discurso que a las pocas horas pronunció el Rey, elevó la moral de una sociedad catalano-española que no salía de su asombro de lo lejos que habían llegado los acontecimientos y de lo mal que se había intentado resolver.
Un año después, ante tantos aniversarios de tantos "hechos históricos", estos jóvenes, conocidos como "Los de Artós" también han querido rememorar la hazaña de aquel día en el que muy pocos defensores de la españolidad de Cataluña se atrevieron a salir a la calle. Su ejemplo fue cautivador y esperanzador, por lo que recibieron el agradecimiento unísono de la catalanidad hispánica.
Hoy han vuelto a pasear sus banderas, nuestras banderas españolas, para decir alto y claro que aquí seguimos y que nos nos dejaremos avasallar por el supremacismo de los de un sol poble. Pero, en esta ocasión, su aniversario ha querido ser enturbiado por el friquismo de los CDR más impresentables, envalentonados en parte por su jefe Quim Torra, a la vez que desencantados de su fracaso como golpistas. Necesitan descargar su frustración de alguna forma.
Sin embargo los Mossos d'Esquadra los han mantenido a raya, al ser esta una contramanifestación que buscaba el enfrentamiento con los que legítimamente estaban allí convocados primero. Teniendo que efectuar alguna carga para dejar bien claro que no eran bienvenidos. Ahora son los CDR los que no salen de su asombro, la que llaman su policía resulta que también es la policía de todos, y saben distinguir entre los que se reúnen pacíficamente y los que viene a boicotearlos.
Así que el “pasacalles festivo por Cataluña y España” ha podido arrancar sin más incidentes, unos doscientos jóvenes han podido recorrer libremente diversas calles de Sarrià, con su vibrante voz al aire.
