Editorial

«Adiós muchachos, compañeros de mi vida...»

«Adiós muchachos...» compañeros de fe, de lucha, de esperanza. «Me toca a mí hoy emprender la retirada...» como un pastor que sabe que su jornada ha concluido.
2025-04-21-Papa-Francisco-2w

La letra del tango «Adiós muchachos» es un clásico del repertorio tanguero argentino, profundamente emotivo, cargado de despedida, nostalgia y resignación ante la muerte. Es una despedida melancólica de alguien que, consciente de su inminente muerte, se despide de sus amigos y de la vida misma. Una forma sentida y muy porteña de decir adiós,

Hoy, 21 de abril de 2025, el papa Francisco ha emprendido la retirada, expresión simbólica considerando su historia, su identidad porteña y su cercanía con el tango. Y él quiso hacerlo ayer Domingo de Resurrección, insistiendo en recorrer durante el tiempo que fuera preciso la plaza de San Pedro, en el Vaticano, abarrotada de feligreses ilusionados con su bendición.

El papa Francisco como "muchacho porteño", nacido Jorge Mario Bergoglio, ha estado profundamente identificado con Buenos Aires. Siempre mostró cariño por el tango, el barrio, la cultura popular. En ese sentido, la letra de este tango en concreto lo retrata bien como parte de esa barra querida con la que creció.

Adiós muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos...

Compañeros de fe, de lucha, de esperanza. Compañeros de mi vida es un guiño afectuoso a su pueblo, a la Iglesia, a los pobres, a los fieles y religiosos que lo acompañaron en su camino. Una despedida sin amargura, más bien agradecida.

Me toca a mí hoy emprender la retirada,
debo alejarme de mi buena muchachada...

La retirada de un pastor que sabe que su jornada ha concluido. De toda una vida dedicada al servicio, primero como sacerdote en Buenos Aires y luego como líder espiritual de millones de personas.

Adiós muchachos, ya me voy y me resigno,
contra el destino nadie la talla...

Una aceptación serena de la muerte, sin dramatismo excesivo, con un punto de melancolía, el mismo que parece reflejar Francisco y que bien podría haber imaginado para su despedida: como alguien que ya vivió intensamente, que amó, que luchó por sus ideas y que ahora se retira con humildad.

Conectado con la visión cristiana de la vida y la muerte como parte del plan de Dios, algo que Francisco, como pastor, habría predicado y aceptado con fe.

Si llegara hacerse una despedida pública del papa Francisco, especialmente en Argentina, este tango podría sonar como un homenaje poético, no tanto por su letra literal, sino por el tono emocional: la mezcla de cariño, nostalgia, y aceptación del adiós. Esta despedida tanguera encaja con el tono sobrio, humilde y sentimental que siempre lo caracterizó.

Que la paz esté contigo.

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